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IPTE y SMC colaboran en el desarrollo de una solución de testeo innovadora para el control de la temperatura en la fabricación de vehículos eléctricos

En busca de una solución innovadora, la multinacional belga IPTE, con sede en Reus, compartió con su partner tecnológico, SMC, el desafío de poder refrigerar piezas durante las pruebas en un revolucionario sistema destinado a uno de sus prestigiosos clientes Tier 1 para vehículos eléctricos. El resultado: una solución robusta, fiable, altamente eficiente y adaptable a diversos sectores y países. La clave del éxito ha residido en la colaboración continua, la personalización y el servicio postventa.

IPTE, multinacional de origen belga con presencia en diversos países del mundo, cuenta con una sede en España, ubicada en Reus (Tarragona), donde da servicio principalmente a clientes de ámbito internacional. Cuenta con dos líneas de fabricación de máquinas: la de Assembly, dedicada al montaje de piezas, y la de Testing, donde se realizan ensayos para verificar que las piezas cumplen con las especificaciones requeridas por los clientes.

Es relevante mencionar que IPTE Reus se destaca como la única sede de la multinacional que se especializa en el diseño y fabricación de máquinas de testing para componentes de vehículos eléctricos. “Nosotros trabajamos con proyectos llave en mano. Es decir, nos entregan una especificación y nosotros hacemos todo: el diseño eléctrico, mecánico, de software, la puesta en marcha y la entrega”, explica Marc Espolet, Test Engineering Department Manager en IPTE. Últimamente, estamos muy involucrados en el sector del vehículo eléctrico debido a su crecimiento y relevancia en la industria. Este proyecto en concreto es para el vehículo eléctrico, enfocado en la creación de máquinas para testear OBC’s (sistemas de carga de batería). “Durante las pruebas, algunas piezas requieren ensayos rápidos, mientras que otras demandan ensayos más extensos y exigentes que generan calor en la pieza; nosotros debemos refrigerarlas. Aquí es donde cooperamos con la multinacional SMC. Gracias a sus chillers podemos realizar los test de la pieza y al mismo tiempo refrigerarla asegurando su óptimo rendimiento”, detalla Marc Espolet.

Marc Espolet, Test Engineering Department Manager en IPTE
Ricardo Chiabrando, líder del equipo comercial de SMC

 

Centrándonos en la máquina, IPTE simula un entorno en el que la pieza se comporta como si estuviera instalada dentro del vehículo. A partir de esta simulación, se lleva a cabo una serie de pruebas que incluyen continuidad y aislamiento eléctrico, entre otras. “Por ejemplo, continúa Marc E., todos los componentes destinados a vehículos eléctricos tienen que someterse a unas pruebas de alta tensión y aislamiento interno. Estos test implican someter las piezas a un voltaje de 3.000/5.000 voltios para garantizar un adecuado aislamiento; además se llevan a cabo pruebas de potencia”. Se trata de proyectos personalizados para cada cliente, donde una parte es estándar y el resto hay que customizarla. IPTE ha identificado una tendencia en el mercado hacia test más prolongados que pueden durar de dos a cuatro horas. Para satisfacer esta demanda, la compañía ofrece una solución “totalmente ajustable y flexible, permitiendo a los clientes adaptar las pruebas a sus propias necesidades”.

Máquina OBC Burn-in test station, de IPTE

 

Eficiencia y cooperación. Chillers compactos de SMC

En este contexto, la colaboración con SMC juega un papel fundamental. En los proyectos que requieren pruebas más prolongadas, es necesario refrigerar las piezas. En este caso específico, se ha diseñado una máquina capaz de probar varias piezas simultáneamente en paralelo. Este enfoque es exigido por el cliente, un Tier 1 de automoción, ya que necesita verificar el 100% de la producción por carga. En el pasado, el cliente solo realizaba pruebas rápidas que resultaban correctas, pero luego, al montar las piezas en los vehículos, comenzaban a presentar fallos después de un tiempo. Conclusión: aunque las piezas pasaban las pruebas en ese momento, un componente específico fallaba con el paso del tiempo. Con la nueva máquina, las piezas son sometidas a un estrés más prolongado, lo que permite detectar fallos potenciales. Esta tendencia hacia pruebas más extensas y la necesidad de refrigeración marcan la dirección del mercado. Para abordar esta demanda, la máquina cuenta con tres chillers de SMC, partner con el que también ha colaborado en el diseño de un panel de control que se ocupa de controlar el agua, de medir la presión, el caudal, de filtrar las impurezas… “La parte hidráulica nos permite controlar el flujo, realizar mediciones y vaciar el circuito una vez acabado el ensayo”, señala Marc Espolet.

IPTE también diseñó junto a SMC otro bloque de la máquina donde se llevan a cabo tres aspectos esenciales, según indican desde la compañía: “Primero, se verifica que la pieza esté correctamente conectada, sin fugas ni problemas de contacto. Luego, se realiza el circuito de refrigeración con cambios de temperatura, oscilando entre 2 y 85 grados varias veces, para someter a la pieza a estrés térmico. Finalmente, se efectúa un vaciado del circuito utilizando aire para extraer la pieza sin derramar líquido. Todo este sistema está diseñado para operar de manera automática, mientras se llevan a cabo mediciones de presión, caudal y temperatura para tener un control preciso del proceso”.

En resumen, los chillers de SMC desempeñan un papel crucial al eliminar el exceso de calor que disiparía la pieza en un vehículo real. Al final, estamos simulando un vehículo, pero en condiciones extremas para asegurar que cualquier posible fallo ocurra durante las pruebas y no una vez que la pieza esté montada en el vehículo. “Es al final un control de calidad, pero de forma automática. Somos de los primeros en desarrollar sistemas de refrigeración automáticos sin intervención humana”, explica Marc Espolet.

SMC garantía de éxito

Desde IPTE, resaltan que los chillers ofrecidos por SMC son muy compactos: “En el mercado, hay muchos fabricantes, pero que cuenten con soluciones compactas y con recuperación integrada, no hay ninguno más. Por eso nos gustan estas soluciones, porque el mismo chiller es capaz de gestionar la impulsión, la temperatura y también la recuperación. Además, disponen de control de presión, puesto que cuentan con motores que son regulables, lo que nos permite tener más control sobre la presión / el caudal requeridos por el DUT”, destaca Marc Espolet. Y añade: “Con SMC ya trabajábamos a nivel de neumática, pero no de hidráulica. Decidimos confiar también en este sentido porque en SMC encontramos un socio que desde un principio estuvo interesado no solo en vender un producto, sino en ofrecer soporte técnico en las pruebas y en el desarrollo. Hace aproximadamente 2 o 3 años, comenzamos con SMC las pruebas, anticipándonos a una necesidad futura en el mercado. Durante este proceso, SMC nos ha proporcionado un chiller con el que realizar pruebas de refrigeración, de vaciado… Era algo muy experimental. SMC puso mucho de su parte y eso es de agradecer. Como comentaba, ellos no solo comercializan un producto, sino que ofrecen soporte y colaboración. El apoyo de su equipo técnico fue fundamental para el diseño de la circuitería. Esto fue muy gratificante. También destacamos mucho la fiabilidad, porque es muy importante que lo que hagamos salga de aquí probado y no dé problemas una vez hemos entregado el proyecto; esto supone considerables costes adicionales para nosotros. El hecho de cooperar y de unir experiencias ha propiciado que lleguemos a soluciones técnicamente excelentes y además compactas”.

Desde SMC, también se muestran muy satisfechos con su colaboración con IPTE y su resultado. “Nosotros hemos creído mucho en IPTE y en la tendencia del mercado”, reconoce, por su parte, Ricardo Chiabrando, líder del Equipo Comercial en SMC, “apostamos por ello y el resultado es claro. Nos hemos acompañado en el camino y en el campo que nosotros conocemos, que es el área de los chillers y de los fluidos”. Tanto es así que “un ingeniero que se dedica exclusivamente al desarrollo de chillers en nuestro centro de I+D europeo, situado en Milton Keynes, Inglaterra, se desplazó para proporcionar formación a IPTE y asegurar la fiabilidad y el éxito del proyecto” concluye Ricardo Chiabrando.

Esta cooperación y compromiso, entre ambas compañías, ha dado lugar a soluciones excepcionales y altamente compactas. Ambas están convencidas de que este caso de éxito tendrá una proyección internacional dada la naturaleza global de sus operaciones. Sin duda, la tendencia del mercado es claramente positiva y prometedora.

 

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